Un encuentro de gran significado
Se
realizó por la primera vez en Argentina, en el día 17 de Octubre de
2006,
en el salón contiguo al templo de la Sinagoga de la Congregación
Israelita de la República Argentina
el
“Iftar”,
la
ceremonia de ruptura del ayuno del Sagrado Mes de Ramadán, un tiempo
especial en que se profundiza la amistad, la fraternidad, la
solidaridad, la paz, la adoración y la bendición de Dios, compartiendo
la cena de ruptura del ayuno.
El Rabino Sergio Bergman y el Dr Esref Kullebi, Presidente de la
Fundación de la Amistad Argentino Turca, invitaron más de 200 miembros
de las diversas religiones, organizaciones y autoridades que trabajan en
el Diálogo Interreligioso, la Solidariedad y los Derechos Humanos.
Fue una bellísima confraternización donde se intercambió
conocimientos sobre los enseñamientos sobre Fraternidad, Compasión y
formas concretas de construcción de la Paz.
El Encuentro finalizó con una visita guiada a la primera Sinagoga
de Argentina y detalladas explicaciones sobre las Tradiciones Judías y
hasta la muestra de las Toras.
El
significado del mes de Ramadán
Cada año en el mes
de Ramadán, el noveno mes del calendario lunar islámico, más de mil
millones de musulmanes adultos ayunan desde la primera luz hasta el
atardecer, absteniéndose de comer, beber y mantener relaciones sexuales
durante ese período.
El ayuno no
consiste meramente en abstenerse de la ingestión de comida y bebida,
sino que también implica el eliminar los comportamientos negativos e
inmorales y el mostrar la solidaridad con los que tienen algún tipo de
necesidad.
Los ancianos,
viajeros, mujeres embarazadas o enfermos pueden romper el ayuno y
compensarlo más tarde durante el año con otros días. Si no pueden
hacerlo, deben alimentar a una persona que lo necesite por cada día de
ayuno que pierdan. Los jóvenes empiezan a ayunar desde la pubertad,
aunque algunos escogen hacerlo incluso antes.
Cada noche, el
ayuno es roto con el iftar, una comida ligera que precede a la cena.
Muchos musulmanes se levantan también temprano para tomar un desayuno (suhur)
antes de que se inicie el período del ayuno.
Cuando el ayuno
comienza, cualquier persona que intente ayunar debe expresar de forma
pública o privada su intención de hacerlo: “Intento ayunar hoy por amor
a Al-lah. Oh Al-lah, házmelo fácil y acepta mi ayuno”.
Cuando se acerca el
momento de ruptura del ayuno al atardecer, los musulmanes dicen: “Oh Al-lah,
por Ti he ayunado, en Ti he creído, en Ti confío y con tu comida rompo
mi ayuno”.
El ayuno del mes de
Ramadán es uno de los cinco pilares del Islam junto con el Testimonio de
Fe (Shahada), la Oración (Salah) –que se realiza cinco veces al día-, la
Contribución Social (Zakat) –consistente en dar el 2,5% o más de los
beneficios anuales a personas necesitadas, estudiantes etc- y la
Peregrinación (Hayy) a Meca –que se realiza al menos una vez en la
vida-.
El mes de Ramadán
es también aquel en el que el Sagrado Corán comenzó a ser revelado al
Profeta Muhammad –el último de los Profetas enviados por Dios-.
Dicha
revelación se prolongó durante 23 años hasta ser completada.
Aunque
el ayuno es beneficioso para la salud, debido a que elimina toxinas e
impurezas del cuerpo, es considerado principalmente como un método de
autopurificación. Al renunciar, aunque sea durante un corto tiempo, a
los placeres mundanos, una persona que ayuna comprende mejor el valor de
los alimentos y las dificultades de los que carecen de ellos y crece en
su vida espiritual.
El propósito del
ayuno es múltiple. Al-lah Ta´ala (Dios Todopoderoso) señala en el Corán,
el Libro sagrado de los musulmanes, que el ayuno se ha prescrito a los
creyentes, como antes se prescribió a los pueblos que vivieron antes que
ellos, con el fin de ayudarles a adquirir un autocontrol y hacerlos más
conscientes de Dios.
Así pues, Ramadán
es un mes de crecimiento espiritual e incremento de la responsabilidad
social. El cumplimiento de las obligaciones religiosas del musulmán
durante este mes obtiene una recompensa 70 veces superior a la del resto
del año.
El Ramadán es un
período de gran júbilo y felicidad para los musulmanes del mundo. Ayunan
durante el día y rezan y leen el Corán durante una buena parte de la
noche.
Existe una noche
especial durante este mes llamada “Lailatul Qadr” (la Noche del
Destino), que es mencionada en el Corán, como una noche de misericordia
y luz. Cualquier oración o acto de adoración que se lleve a cabo en ella
tiene más valor que la suma de los realizados durante un período de mil
meses. En esa noche se conmemora la primera revelación del Corán al
Profeta Muhammad a través del Ángel Yibril.
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